lunes, 26 de junio de 2023

CHARLAS CON ALEX (II)

 

Charla II

 —Abuelo, si cada persona es un voto y no todas están igualmente capacitadas para emitirlo con ecuanimidad ¿Qué garantía tenemos de que al gobierno de la comunidad lleguen los mejores?

—Planteado así, ninguna. De ahí las famosas campañas en que los políticos de uno y otro signo se desgañitan como pescaderas (dicho con todo respeto a las pescaderas, cuyo esfuerzo y madrugones deberían imitar muchos de ellos) intentando vender el producto de que disponga cada uno. En eso coinciden derecha, izquierda y centro. No hay diferencia.

—Pero ¿no sería mejor analizar los logros conseguidos por el gobierno que acaba su periodo legislativo y en base a eso tomar decisiones?

—La clave de bóveda sería analizar detenidamente el grado de cumplimiento del programa electoral con el que se presentaron, pero eso resulta farragoso, difícil y engañoso, porque ya se ocupan muchos de ellos en disfrazar y maquillas los datos o las realizaciones. Siempre hay excusas, retrasos imprevistos, añadidos, sobrecostes, dificultades de toda índole, epidemias, accidentes meteorológicos, ten en cuenta que no hay persona más hábil para disfrazar la verdad que un político.

—No me digas eso, abuelo, que yo quiero ser político.

—Pues ya sabes lo que no tienes que hacer: vivir de la política.

—Entonces ¿Cómo me hago político?

—Lo primero es que seas persona de bien y ciudadano solidario. Terminar los estudios que hayas escogido y buscarte un trabajo. Integrarte en la sociedad y cuando estés preparado y conozcas la realidad de tu entorno y de tu país, si decides participar en política durante un periodo, accede a ella y compórtate con honradez. Acabado ese periodo, vuelve a tu trabajo y continúa siendo un ciudadano normal, aunque permanezcas atento e implicado en cualquier forma de política, tampoco es necesario que seas modélico. En eso si puedes hacer caso a lo que dice Aristóteles.

—Entonces ¿no puedo ser político profesional?

—Puedes ser lo que te dé la gana, pero la perversión de la política es que ahora se fabrican políticos a medida, con el mismo procedimiento para rojos, verdes y amarillos: se accede a la universidad, se cursan Ciencias Políticas, simultáneamente se milita en las juventudes del partido de que se trate y se va adquiriendo experiencia en cepillados de espalda y luchas intestinas. El político, ese político, ya está hecho. El resto de su vida será el partido, ya no hace falta que piense más, basta con remitirse a las directrices que le marquen, como si hubiera ingresado en un cenobio o se hubiera hecho forofo de un club de futbol, adhesión inquebrantable for ever.

—Pues sí que lo pintas mal.

—Lo pinto como es. Si no, echa un vistazo a tu alrededor y dime que ves.

—Pues veo que no todo es así, los hay que abandonan sus trabajos durante un tiempo, acceden a la política durante un periodo y luego vuelven a la vida “civil”.

—Benditas excepciones, pero en general, los grandes partidos se han convertido en agencias de colocación. El que entra en ellos, se pasa la vida haciendo méritos para que el partido los vaya colocando en puestos sucesivos, dándoles la “patada hacia arriba” cuando triunfan en un puesto hasta lograr su nivel de incompetencia, como dice el principio de Peter. Los dirigentes del partido, a su vez, se muelen los cascos buscando donde colocar a tanto aspirante +con los que están comprometidos porque los ayudaron en el ascenso.

—Pues vaya perspectiva.

—No pretendo que te desanimes, es para que seas consciente de cómo está el asunto y obres en consecuencia.

—Tomo nota, como decía Juncal.

 

 

 

 

 

lunes, 19 de junio de 2023

CHARLAS CON ALEX (I)

Charla I

Alex tiene 21 años, habla tres idiomas y está en la universidad cursando Ciencias Políticas. Yo, a su edad, hablaba a duras penas castellano, estaba en la mili de un ejército obsoleto y con los estudios a medio terminar. Las cosas han cambiado mucho. Alex es afortunado con acceso a una educación que en mis tiempos estaba reservada a muy pocos, a los hijos de los que resultaron vencedores de la desdichada Guerra Civil que perdimos todos. Los demás sobrevivieron como pudieron en las catacumbas.

Alex tiene inquietudes sociales y por eso milita en las Juventudes Socialistas. Con frecuencia hablamos de política, unas veces coincidimos más y otras menos, no en vano nos separan sesenta años y educaciones muy diferentes, aunque también es cierto que nos unen lazos familiares potentes. A veces me sorprende con cuestiones a las que no sé dar clara respuesta y sospecho que él ya tiene una más que pergueñada.

Ayer, sin ir más lejos, me decía:

—Abuelo ¿Qué opinas de esta democracia? Siempre me has dicho que la inventaron los griegos y que es el mejor método de gobierno que se conoce.

—Habré dicho el que se conoce hasta ahora, a lo mejor mañana se descubre otro que supere a este. Ten en cuenta que nuestras diferencias con las democracias griegas, como el tiempo que nos separa de ellas, es abismal. Aristóteles, al que ya conoces, habla en su Política de las distintas formas de gobierno y se decanta por la democracia, pero ya sabes lo que era la democracia en su tiempo, tenían derecho a voto los que poseían tierras o peculio y pare usted de contar. Ni los pobres, ni los esclavos y mucho menos las mujeres.

—Pues vaya democracia.

—Por eso te digo, cada cosa hay que adaptarla a su tiempo, a su lugar y al entorno sociopolítico en que se desenvuelve. En este país no podemos hacer abstracción del entorno en el que estamos situados.

—Europa.

—Exacto, para bien o para mal —ya no es momento de considerarlo— somos parte integrante de la Comunidad Europea y las directivas que emanan de allí son de obligado cumplimiento.

—Pero entonces le hemos cedido nuestra capacidad de decisión.

—En parte sí, es el precio que hay que pagar, como hay que pagar un precio por tener seguridad. A cambio, se ceden parcelas de libertad. Las cámaras de seguridad son un atentado a la libertad, sin embargo, nos protegen de las barrabasadas de los malos. Lo uno por lo otro. El secreto está, como en casi todo, en el equilibrio.

—Entonces, ¿es necesario un Estado autoritario?

—Depende de lo que entiendas por Estado autoritario. Es preciso que haya autoridad, porque si no, por desgracia, esto sería un desmadre.

—¿Homo homini lupus?

—Hombre no tanto, pero por simple estadística, por cada x personas honradas hay un número Ɛ de chorizos o maleantes, el mismo número que fijaba el profesor Cipolla para el de inútiles en cualquier colectivo, el mismo que existe entre los políticos que han alcanzado su nivel de incompetencia según el principio de Peter.

—Pues tenemos un problema si el voto de cada uno de los ciudadanos vale lo mismo, siendo así que sus categorías mentales, sus estudios, su formación y su criterio son muy diferentes.

—Claro, pero hay un principio irrenunciable de la democracia: “Una persona, un voto”.

—Entonces, estamos un poco atrapados en nuestras propias normas ¿no?

—Estamos.