martes, 18 de julio de 2023

CHARLAS CON ALEX (IV)

 

—Abuelo, no me quedó claro lo de Aristóteles, le he dado un repaso a la Política y todavía se me ha hecho más espeso el asunto.

—Vaya, me alegro de que nuestras charlas te susciten la consulta a las fuentes, ¿a qué conclusiones llegas, mi joven amigo?

—Pues, para empezar, renuevo mi sensación de asombro. Que un señor de hace dos mil cuatrocientos años sea capaz de darnos lecciones de democracia aprovechables todavía, me parece algo digno de consideración. Claro que dice cosas que hoy día serían más que denostadas.

—¿Por ejemplo?

“Y también en la relación entre macho y hembra, por naturaleza, uno es superior y otro inferior, uno manda y otro obedece. Y del mismo modo ocurre necesariamente entre todos los hombres” (referido a Esparta). Imagina si esto lo oye un o una feminista. O este otro referido a la esclavitud: “Está claro que unos son libres y otros esclavos por naturaleza, y que para estos el ser esclavos, es conveniente y justo”.

—Tú mismo acabas de recordar que eso se dijo hace muchos años, la sociedad de entonces no tenía nada que ver con la de ahora, ni siquiera estaba en nuestro espacio geográfico y sin embargo, algunas de sus sentencias y recomendaciones tienen una gran vigencia en nuestros días, por ejemplo esta, en la que no sé si habrás reparado: “Unos gobiernan y otros son gobernados alternativamente”, que nos retrotrae al principio de nuestra conversación, cuando echábamos un vistazo a la forma de gobernar en democracia.

—La Política de Aristóteles es muy extensa y para desentrañarla se necesita un estudio especializado, incluso recurrir a aproximaciones.

—Desde luego, eres afortunado, tienes mucho tiempo por delante y si pones el interés y el esfuerzo necesarios, llegarás a conclusiones interesantes que te ayuden a encontrar el camino adecuado en la vida. Y no es tan farragoso el libro como parece, se limita a estudia las diversas formas de gobierno que el autor conoce de los pueblos de su entorno, las compara y hace un análisis de sus ventajas y desventajas teniendo en cuenta las diferentes constituciones.

—Eso me ha sorprendido, creía que el asunto de la Constitución era relativamente moderno.

—¡Que va! Piensa que desde el origen de los tiempos los estados han necesitado regirse por leyes y códigos. Ahí tienes el de Hammurabi, rey de Mesopotamia, del año 1750 a.C. que recogía un conjunto de 282 leyes.

—Ese no fue el primero.

—Efectivamente, pero fue el más recordado y el que tuvo mucha influencia en culturas superiores.

—Por ejemplo, en la judía.

—¿Lo dices por lo del ojo por ojo?

—Sí, y por la influencia que ha tenido desde entonces, en realidad es un llamamiento a la venganza pura y dura que resulta un pensamiento muy extendido hasta la actualidad. Todo el mundo pretende vengarse de la agresión o del insulto, nadie se queda conforme con las sentencias judiciales: al que gana le parece que le han dado menos de lo que merecía, y el que pierde, no te digo.

—Las personas son las mismas y se comportan de forma parecida desde Hammurabi hasta nuestros días.

—Eso parece, pero no me has aclarado lo de la Constitución.

—Es tarde, lo dejaremos para otro día.

—Vale.

 

 

 

 

 

 

lunes, 3 de julio de 2023

Charlas con Alex (III)

 

— Abuelo ¿Cómo han ido las elecciones regionales?

—Como siempre: para unos bien y para otros mal. Para los que han ganado, estupendo, para los que han perdido, fatal. Y lo triste es que se ha votado en clave nacional y no provincial.

— En eso tienen parte de culpa los candidatos nacionales, pero ese es el juego de la democracia, ¿no? Habíamos quedado en que la voluntad de la mayoría es la que manda y hay que respetarla.

—Desde luego. El asunto es que a veces la mayoría se decanta por opciones que a otra mayoría minoritaria le parecen disparatadas.

—¿Lo dices por Vox?

—Desde luego. Yo, que he vivido otra época y he estudiado los disparates que se vivieron en épocas pasada con el fascismo y el nacismo me estremezco al pensar que puedan volver cosas como aquellas, hoy que tenemos todas las posibilidades de incorporarnos a un mundo de ideas avanzadas.

—Pero los que votan eso deben tener sus razones.

—“Eso”, como tú dices, es lo estremecedor, que haya gente en este país que se deje seducir por las tesis de un partido como “ese al que usted se refiere” que lleva en su programa una sarta de disparates retrógrados, machistas, xenófobos, negacionistas ignorantes y con un tinte fascista propio de siglos pasados. Parece una foto en blanco y negro de los años cincuenta de nuestro país que tú, por fortuna no has conocido: El torero, la manola, el cura brazo en alto y el jefe bajo palio.

—Lo grave (con ser eso grave), me parece a mí, es que lo apoye otro partido con posibilidades de gobernar que debía acercarse a una derecha moderada y europea, que hace mucha falta en este país.

—Pues ya lo ves, a la hora de encaramarse al poder, la ética salta en pedazos y si hay que aliarse con el diablo, pues se alía uno. Lo importante es subirse al macho, y si hay que mentir, se miente.

—Pero que pena, ¿no? Tantas ventajas sociales conseguidas, tantas leyes de ampliación de libertades, tantas conquistas sociales alcanzadas, tanto bienestar para los trabajadores y los pensionistas, tirados por la ventana. ¿Qué se le reprocha al gobierno que las ha pasado canutas con la pandemia, la guerra rusa, la inflación europea y toda suerte de calamidades?

—También el gobierno ha cometido muchos fallos y, como siempre ha faltado pedagogía y han sobrado excesos verbales que pasan factura. Inaugurar un gobierno de coalición, cosa inédita en el país, ha tenido muchas dificultades, ha habido muchos giros que la gente no he encajado bien, ya sabes que es tradición de la izquierda —penosa tradición— ir cada uno por su lado y en caso de disputa quedarse en casa a la hora de votar.

—Habrá que confiar en que las nuevas expectativas nos traigan soluciones a este disparate que nos amenaza.

—En ello estamos. Por fortuna parece que se homogeneiza el bloque de izquierda. Los agoreros personalistas, expertos en poner palos en la rueda de cualquier proyecto que no sea el de “yo, mi me, conmigo”, ya pueden quedarse en casa y con la boca cerrada. Bastante daño han hecho con tal de seguir en candelero, aunque sea parapetándose tras los micrófonos.

—Esos también nos engañaron.

—Y aquellos polvos han traído estos lodos, pero sursum corda, no perdamos la esperanza y vamos a por todas. Vamos a sumar en vez de restar. Sois los jóvenes los que tenéis que luchar por un tiempo de renovadas esperanzas y libertades. Es hora de sumar.

—De acuerdo, abuelo, vamosss.